Javier Fesser estrena a lo grande

A lo tonto, han pasado 10 años desde que Javier Fesser estrenase su última película con personajes de carne y hueso, la polémica Camino. Tras retomar el universo de Mortadelo y Filemón en clave de animación, ahora vuelve al cine con actores con una comedia alejada del slapstik comiquero de sus primeros trabajos para derivar en una historia más humanista sin renegar de la carcajada. A falta de verla, la sensación que se respira con Campeones en sus avances, y leídas varias críticas y opiniones, es la de una película particularmente atinada en ese terreno plagado de minas que es la comedia en torno a personajes con diversidad funcional. La clave, como ocurre muchas veces, es crear personajes, y no meras excusas para la broma fácil, en torno a una historia de superación personal y superación de prejuicios. Fesser ha sabido hilar fino y ha sabido armarse de la mano de un actor tan potente como Javier Gutiérrez que, además, conoce de primera mano muchos de los aspectos que aborda la película. Juntos han sabido crear buen rollo sin caer en la condescendencia, algo que el propio actor ha afirmado tolerar mal.

Quinto lugar para Juego de ladrones, que Javier Ocaña califica como un “Michael Mann de bisutería” en El País. Una película que parece que es a Heat lo que Da Suisa a Los Simpson. Recaudación apañada para un título que ha llegado con perfil bajo rascando espectadores sin grandes exigencias ávidos de un thriller de acción.

Por último, séptimo lugar para Inmersión, el drama romántico que Wim Wenders se ha marcado con Alicia Vikander y James McAvoy. Con esos nombres cabría esperar un título potente pero parece que no ha sido el caso. Muchos le han achacado patinar en sus elevadas aspiraciones existenciales, pero parece que, al menos, hay momentos inspirados que la convierten en una de esas decepciones con alguna veta de calidad para extraer.